Son cuatro los años que hace que aterricé en un cole de Educación Especial en el que aprendí mucho de las cosas verdaderamente importantes de esta profesión.
No fue una sorpresa descubrir cuanto amor te puedes llevar de estos niños y niñas "especiales" que te enseñan, entre otras muchas cosas, a ser fuerte, valiente y sobre todo a ser CAPAZ.
El camino a su lado ha sido, cuanto menos, toda una aventura de crecimiento.
Pero en esta entrada en mi Blog no voy a hablar hoy de niños y niñas maravillosas de las que estoy tan orgullosa.
Hoy hablaré de una pieza clave para que todo el andamiaje de los coles funcione de forma correcta. Los profesionales implicados en el funcionamiento de un centro somos personas que como tal buscan encajar en un espacio con el resto de compañeros con los que han de convivir muchas horas al día.
A lo largo de estos cuatro años he tenido la suerte de trabajar con gente muy válida de la que me he nutrido como profesional y como persona.
Pero si he de ser sincera, tres son las compañeras que más me han marcado por diversas razones.
Lara, mi eterna cómplice divertida.
De ella aprendí en el poco tiempo que para mi gusto compartimos a ser más fuerte de lo que ya era por distintas circunstancias de la vida. Nos conocimos y automáticamente surgió esa chispa de complicidad y sentido del humor compartido.Fue como encontrar esa media naranja de sincronía emocional. Una compañera a la que sustituí en su baja de maternidad y nuestra línea de actuación como tutoras podría dibujarse como una perfecta línea recta y es que nuestra visión de lo pedagógico es totalmente similar. Creemos en lo emocional, utilizamos los aprendizajes objetivos y nos gusta, sobre todo, disfrutar de nuestro trabajo, como un acto de compartir vivencias con los niños y niñas que tenemos. Fue, durante esos meses, mi más fiel cómplice de "diabluras" y es que no es fácil tener de trilli a una santina como nuestra amada Noe.
Disfruté al lado de Lara de su embarazo y del nacimiento de Lolo. Aumentamos nuestro vocabulario gracias a mi hija María con calificativos como " muero de amor", compartimos el gusto por las cosas buenas de la vida, me enseñó lo beneficioso de no ser asertiva con las cosas que no quieres y a pesar de la distancia, que el destino en diferentes coles nos ha impuesto, siempre será mi referente de alegría en el trabajo. Fuimos Trillis mientras trabajamos juntas al lado de Noe y aún hoy nos referimos a nosotras mismas con ese calificativo inamovible cargado de sentimiento positivo. SIEMPRE TRILLIS!!!
Marivi, mi preciosa y dulce sirena de larga melena rubia.
A ella la conocí de un modo más pausado. Compartía con sus alumnos alguna hora de apoyo que ella dejaba perfectamente organizada. De aquellos primeros encuentros intuí una profesionalidad ejemplar y un amor por el trabajo bien hecho. Poco a poco nos fuimos acercando con la intención, y sé que mutua, de querer conocer más de esa compañera que, de un modo diferente, te toca el corazón. Y fue en aquel abrazo después de leer un trocito de mi novela en el que posiblemente nos descubrimos para siempre.
Quien me conoce sabe que me encantan los ángeles y ella podría ser uno de esos seres sin alas, de carne y hueso, pero que hablan bajito con una dulzura extrema que solo un ángel de verdad posee.
Y soy consciente de que pasé varias fases con ella. Todas a cual más importante. Me gustó su sencillez y su humildad. Me fascinó su templanza y sobre todo me enamoré de su capacidad de trabajo y su buen hacer.
Ahora, anclada en mi vida para siempre y tras haber tenido el privilegio de compartir momentos muy importantes de su vida, espero impaciente que el destino nos mantenga unidas en esta profesión que amamos y de la que tanto puedo aprender a su lado.
Mi Noelia, de lo bueno, lo mejor.
Hablaros de ella es complicado. Debería empezar por decir que ha sido, durante estos cuatro años, una constante en mi vida. Siempre firme a mi lado, compartiendo buenos y malos momentos con ese cariño que sale a raudales en cada gesto. De ella aprendí el amor profundo por los niños, la resistencia ante las malas situaciones, el compromiso de la lealtad. Mi primer referente en el centro y mi última conquista en el arte de hacer amigos para siempre.
Trabajadora incansable, compañera de las de verdad, Siempre dispuesta, siempre atenta, siempre fuerte. Es en ella, cuando barajo la posibilidad de irme a otro cole, en quien pienso con un extremo dolor por la separación. Pero sé que este solo ha sido nuestro comienzo porque como decimos entre risas: "Lo que el TEA ha unido nadie puede separarlo" y nuestras vidas se han mezclado en una amalgama de amores compartidos y proyectos de futuro.
Va para ellas este pequeño homenaje en forma de recuerdos que, aunque se centre en Noelia, por eso de que estamos sensibles con el fin de curso, son todas y cada una de ellas una pieza clave en mi paso por este centro y ellas saben que han llegado a mi vida para quedarse.
Con todo el amor que puedo sentir y mi más sincero orgullo por haber trabajado con las mejores. Os quiero a las tres.
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